Esta aldea deshabitada riojana se caracteriza por ser un coto de caza, un lugar único en un entorno especial.
Su origen se remonta al año 891 y mucho tiene que ver con el ya desaparecido Monasterio de San Fructoso de Pampaneto, obteniendo en 1032 carta de población del rey Sancho III de Navarra con el nombre de Villanova de Pampaneto.
Hoy, en este lugar podemos encontrar no solo rutas para disfrutar en familia, también de uno de sus edificios más reconocibles, la iglesia Nuestra señora de la Esclavitud.
Villanueva de San Prudencio
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